En su palabra, la Santa Biblia el Señor prometió a sus hijos que descendería el Espíritu Santo y que las mismas cosas y milagros que le vimos hacer a Jesucristo las haríamos nosotros*.
Pero a veces dudamos y calificamos algunas cosas como milagrosas, cuando en realidad simplemente fue la mano de Dios obrando en consecuencia.
Seguir el camino del maestro, respetar sus enseñanzas, obrar con sabiduría es difícil y pocos lo logran; por eso él dice en su palabra que el camino de la perdición es ancho y el camino de la salvación es angosto.
Padre Celestial danos la fortaleza necesaria ahora y siempre para superar nuestras debilidades y honrarte como Cristianos.
*Leer en su biblia Juan 14.12
Néstor Salgado
Consejero Cristiano
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