Este fin de semana se festeja en la República Argentina el día del niño o Día de la niñez como dicen algunos para ser más inclusivos; más allá de que es una fiesta donde le dedicamos tiempo, amor, regalos y comprensión a nuestros menores... También para los mayores debe ser una fecha de reflexión y toma de conciencia. Hace pocos días UNICEF publicó un informe donde mencionaba que más de un millón de niños se acuestan sin cenar debido al aumento de la pobreza; esta cifra debería darnos mucha vergüenza como argentinos en un país donde hay de todo, un territorio con riquezas naturales ya que nuestro país ha sido dotado de múltiples posibilidades en el ámbito del turismo, de recursos naturales y de extensión territorial.
Pero la políticas que han generado en los últimos años los gobiernos de turno han hecho desastres con la distribución del ingreso, que en su gran mayoría ha beneficiado y lo siguen haciendo a un grupo de multimillonarios, terratenientes y grandes empresarios y perjudicados a los sectores más pobres de la sociedad.
El resultado es un cincuenta por ciento o más por debajo del índice de pobreza.
Los cristianos sabemos por haber estudiado la palabra de Dios que esto sucedería en los últimos tiempos donde la crisis social y moral se multiplicaría.
Nuestro aporte a la sociedad sería comprometernos totalmente a cuidar de los niños como las Almas más hermosas del Reino de Dios.
De nada sirve festejarles un Día del niño sin cambios políticos y sociales, si al día siguiente siguen padeciendo las mismas consecuencias.
Oremos para que el reino de Dios pronto llegue para eliminar estos sistemas perversos que dominan el mundo en la actualidad, será en ese entonces donde Jesucristo producirá el gran cambio para esta humanidad sedienta de justicia.
Leer en la Biblia Lucas 17.20 al 37
Néstor Salgado Escritor, evangelista de Misión nueva vida Casbas